João Pimenta da Silva, un hombre de 71 años de la ciudad de Ipatinga, en Minas Gerais, Brasil, perdió la vida al caer en un pozo de 40 metros que él mismo había excavado en el interior de su cocina.
El trágico incidente ocurrió cuando João, motivado por un sueño que describió como «profético» hace más de un año, en el que se revelaba la existencia de un tesoro de oro debajo de su cocina, decidió emprender la búsqueda por sí mismo.
A pesar de los intentos de sus vecinos por detenerlo y advertirle sobre los peligros de cavar un hoyo tan profundo, João persistió en su empeño. Incluso contrató ayudantes para llevar a cabo la excavación, aumentando la tarifa a medida que el agujero se hacía más profundo.
El fatídico desenlace tuvo lugar el 5 de enero, cuando João cayó desde una plataforma de madera cerca de la cima del pozo mientras salía de él. Aunque un amigo intentó evitar la caída, no tuvo éxito. El Departamento de Bomberos de Ipatinga recuperó el cuerpo sin vida al final del túnel.
El pozo que João construyó medía un metro de diámetro y 40 metros de profundidad, equivalente a un edificio de 12 pisos. La trágica búsqueda del tesoro dejó como resultado la pérdida de la vida de este hombre brasileño.