La sequía extrema que afecta a Grecia ha provocado que el pueblo de Kallio, sumergido bajo el lago Mornos desde 1980, resurja después de 45 años. El embalse de Mornos, crucial para abastecer de agua a Atenas, ha visto disminuir significativamente su nivel debido a las altas temperaturas y la falta de lluvias. Este fenómeno ha expuesto las ruinas del antiguo pueblo, que fue inundado para satisfacer las necesidades hídricas de la capital.
Las familias que vivían en Kallio se vieron obligadas a reubicarse cuando el agua del embalse comenzó a cubrir el pueblo. Algunas se mudaron a Atenas, mientras que otras se asentaron en áreas más altas. El descenso del nivel del agua del embalse no solo pone en riesgo el suministro de agua, sino que también incrementa el peligro de incendios forestales en la región.
Las reservas de agua en Grecia han descendido drásticamente, con una reducción del 30% en el embalse de Mornos en comparación con el año pasado. Si las condiciones de sequía persisten, millones de personas en el país podrían enfrentarse a problemas graves de abastecimiento de agua.