El primer ministro húngaro y actual presidente del Consejo de la Unión Europea, Viktor Orban, pidió el martes en Kiev al presidente ucraniano Volodimir Zelensky que considere un «alto el fuego» en la guerra con Rusia.
«Pedí al presidente que considere la posibilidad de un alto el fuego rápidamente», que estaría «limitado en el tiempo y permitiría acelerar las negociaciones de paz», declaró Orban. Zelensky insistió, por su parte, en la importancia de una «paz justa» para su país.
Orban, que no había visitado Ucrania desde el comienzo de la invasión rusa, dijo que la conversación con Zelensky fue «franca». «Por supuesto, informaré [del contenido] de estas discusiones al Consejo de la Unión Europea (…) para que se puedan tomar las decisiones europeas necesarias», añadió. El jefe de Estado ucraniano también abogó por el mantenimiento «a un nivel suficiente» de la asistencia militar de Europa a Kiev.
Orban, cuyo país acaba de asumir la presidencia rotatoria de la Unión Europea, es reacio a la asistencia financiera europea a Ucrania, vital para el país frente a la invasión rusa. A principios de este año vetó una ayuda de 50 mil millones de euros (53 mil millones de dólares) que finalmente sí se aprobó. Pese a estas diferencias, el líder húngaro expresó su deseo de «mejorar» sus relaciones bilaterales.
Ucrania considera que la retirada de las fuerzas rusas de su territorio es un requisito previo para la paz, mientras que Rusia dice que Kiev debe ceder cinco regiones y renunciar a sus ambiciones de unirse a la OTAN.
Orban, nacionalista y euroescéptico, está en el poder desde 2010 y se oponía a la entrada de Ucrania en la Unión Europea, juzgando que el país no está listo. Sin embargo, en diciembre pasado, finalmente abandonó la mesa durante una cumbre de los 27 países de la Unión Europea, lo que permitió a los 26 restantes abrir negociaciones de adhesión con Kiev.
Preguntado sobre el viaje de Orban a Ucrania, el Kremlin dijo que no esperaba «nada» de él. Sin embargo, el portavoz Dmitri Peskov describió al húngaro como un hombre que «defiende firmemente los intereses de su país». El líder húngaro desaprueba las sanciones europeas votadas contra Rusia y está tratando de suavizarlas.
En repetidas ocasiones ha calificado la invasión rusa de Ucrania de «operación militar», utilizando el mismo eufemismo que usa el Kremlin para evitar hablar de guerra. La disputa entre Kiev y Budapest no es nueva y las relaciones diplomáticas ya eran tensas antes de la invasión, porque Ucrania ha adoptado desde 2017 medidas controvertidas, en particular sobre la enseñanza de idioma en Transcarpacia, región ucraniana que hasta la Primera Guerra Mundial fue administrada por Hungría y en la que hoy habitan 100 mil magiares. Hungría también ha recibido muchos menos refugiados que la mayoría de los miembros de la Unión Europea.
La visita de Orban llega en un momento difícil para el Ejército ucraniano, que carece de tropas y armamento. Las fuerzas rusas han reivindicado recientemente la captura de varios pueblos en el este del país.