Corea del Sur vive una de sus peores crisis políticas tras la controvertida decisión del presidente Yoon Suk Yeol de declarar la ley marcial, medida que justificó por presuntas amenazas de Corea del Norte y «fuerzas antiestatales». Aunque la medida fue revertida horas después debido a la presión del Parlamento, desencadenó protestas masivas y llamados a su renuncia.
Miles de manifestantes se congregaron en Seúl para exigir la salida de Yoon, mientras la oposición presentó una moción de censura que podría votarse este viernes. Representantes de seis partidos opositores, incluidos el Partido Democrático, anunciaron además demandas judiciales por insurrección contra el presidente y varios altos cargos.
El ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, renunció, asumiendo la responsabilidad por el caos generado, mientras el principal sindicato del país convocó una huelga general indefinida. A pesar de la creciente presión, la presidencia no ha respondido a los llamados de dimisión, dejando el futuro de Yoon en suspenso.