Rusia lanzó un ataque masivo contra infraestructuras energéticas en Ucrania, utilizando al menos 127 misiles y 109 drones, lo que lo convierte en el mayor ataque aéreo en más de dos años y medio de guerra, según el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. Aunque Ucrania logró derribar la mayoría de los misiles y drones, el ataque causó la muerte de al menos cuatro personas y provocó cortes de electricidad en varias ciudades, incluyendo Kyiv y Dnipro. El ataque se produjo en medio de crecientes tensiones, con Ucrania preparándose para un gran contraataque tras una incursión en la región rusa de Kursk.

Las autoridades ucranianas informaron que Rusia atacó infraestructuras civiles utilizando municiones de racimo, lo que agravó la situación humanitaria en el país. A pesar de los esfuerzos de las fuerzas ucranianas por interceptar los misiles y drones, varias regiones del país sufrieron daños significativos, obligando a las autoridades a aplicar cortes de energía de emergencia. Zelensky y otros líderes ucranianos hicieron un llamado urgente a sus aliados occidentales para que les permitan atacar más profundamente en territorio ruso y fortalecer sus defensas aéreas.

Este ataque ocurre mientras las fuerzas rusas avanzan hacia la ciudad de Pokrovsk, un punto estratégico clave en la región de Donetsk. La situación en la zona es crítica, y Zelensky ha pedido apoyo adicional para contrarrestar la ofensiva rusa. La escalada del conflicto y los continuos ataques aéreos han exacerbado la crisis energética y humanitaria en Ucrania, dejando a miles de personas sin electricidad ni agua en medio de las gélidas temperaturas.