Estado de México. – Angélica María Magnolia Hernández Santiago, una mujer de 30 años de edad, fue despedida entre cantos, flores y la música que más le gustaba, tras ser localizada sin vida y sepultada en el predio donde trabajaba como albañil en el municipio de Chimalhuacán, al oriente del Estado de México. Conocida como «Pollo» por sus allegados, tenía su propio negocio en la colonia La Joya, donde atendía diariamente. Sin embargo, aceptó un trabajo de albañilería para ganar 3,500 pesos a la semana y poder ahorrar para darle un patrimonio mejor a sus hijos.

Angélica y su familia aprendieron a trabajar gracias a su padre, quien falleció hace cinco años. La mayoría de los pobladores de la parte alta de la localidad los conocían por dedicarse a la mecánica y la construcción.

El sábado 18 de marzo, Angélica acudió a la colonia Escalerillas para trabajar en la construcción de una casa, pero nunca regresó a casa.

Fue privada de la vida y sepultada en una fosa de unos 70 metros de profundidad, donde fue hallada boca abajo por peritos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México. La víctima fue asfixiada con una bolsa de plástico, según la familia.