El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reanuda su campaña con una reunión de líderes sindicales, mientras algunos compañeros demócratas continúan instándole a no presentarse a la reelección.

Durante los últimos 13 días, Biden, de 81 años, ha trabajado para frenar las deserciones de legisladores demócratas, donantes y otros aliados preocupados por la posibilidad de que pierda frente al republicano Donald Trump, de 78 años, tras su vacilante actuación en el debate del 27 de junio.

El presidente asistirá a la reunión del consejo ejecutivo de la AFL-CIO en Washington el miércoles para responder a las preguntas de los líderes de los principales sindicatos y discutir «su compromiso compartido para derrotar a Donald Trump este noviembre», dijo la campaña del mandatario.

Los votos de los trabajadores fueron clave para la victoria de Biden sobre Trump en estados competitivos como Michigan, Pensilvania y Nevada en 2020.

Los congresistas demócratas siguen profundamente divididos sobre si deben alinearse detrás de Biden o instarle a que se retire debido a las persistentes preguntas sobre su salud y agudeza. El presidente ha dicho que está en condiciones de servir, pero entiende las preocupaciones.

Nancy Pelosi, ex presidenta de la Cámara de Representantes, dijo el miércoles en MSNBC que está animando a sus colegas del Capitolio a esperar mientras Biden recibe a los líderes de la OTAN en Washington esta semana.

«Les dije a todos: esperemos. Sea lo que sea lo que estén pensando, díganselo a alguien en privado, pero no tienen que ponerlo sobre la mesa hasta ver cómo nos va esta semana», dijo, calificando de «espectaculares» los contundentes comentarios de Biden en la cumbre de la OTAN del martes.

Pelosi, aliada de Biden desde hace tiempo, se negó a decir con contundencia que quiere que se presente a la reelección.

«Quiero que haga lo que decida hacer. Todos le animamos a que tome esa decisión porque el tiempo apremia», señaló.

En la víspera, la legisladora Mikie Sherrill, de Nueva Jersey, se convirtió en la séptima demócrata de la Cámara de Representantes que pide públicamente que Biden abandone la carrera electoral. Muchos más demócratas han expresado su preocupación por la posibilidad de que la continuidad de Biden como candidato pueda costarle al partido la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso en noviembre.

No obstante, las deserciones públicas siguen siendo un pequeño segmento de los 213 miembros de la Cámara alineados con los demócratas, y la dirección del partido sigue respaldando públicamente a Biden.

Ningún miembro del Senado ha dicho en público que Biden deba apartarse, aunque el senador Michael Bennet, de Colorado, afirmó el martes que no cree que Biden pueda vencer a Trump.

Biden, deseoso de cambiar la narrativa, se ha rodeado de comunidades de sus más firmes partidarios, incluidos legisladores y votantes negros. Su campaña ha enmarcado la adhesión a Biden como una retribución de la lealtad que les ha mostrado a lo largo de su medio siglo de vida pública.

Entre los líderes sindicales que se espera que asistan a la reunión del miércoles figuran los presidentes nacionales de 60 sindicatos, que representan a 12.5 millones de estadounidenses, según explicaron los colaboradores de Biden.

Tras la cumbre de la OTAN, Biden saldrá de nuevo a la carretera, viajando a dos de los estados competitivos, Michigan y Nevada, en los que debe influir para derrotar a Trump.