Ucrania lanzó su mayor ataque con drones contra Moscú, alcanzando infraestructura clave como refinerías de petróleo y zonas estratégicas. Según Rusia, más de 330 drones fueron interceptados en todo el país. El ataque se produce horas antes de conversaciones entre Ucrania y EE.UU. en Arabia Saudita sobre una posible tregua aérea. Kiev ha propuesto detener los bombardeos de largo alcance si Moscú hace lo mismo, con el apoyo de países europeos.

El gobierno ruso reportó daños en aeropuertos y redes ferroviarias, además de la suspensión temporal de vuelos en la capital. Mientras tanto, Ucrania sigue aumentando su producción de drones y misiles de largo alcance, en un intento por mantener la presión sobre Rusia. En respuesta, las fuerzas rusas han intensificado los ataques nocturnos con drones y misiles balísticos contra ciudades ucranianas, dejando víctimas y daños en Odesa y Járkov.

El conflicto también se refleja en el frente, donde Rusia ha recuperado territorio en la región de Kursk. Sin embargo, Ucrania ha enviado refuerzos y continúa con contraataques para frenar el avance ruso. La situación sigue evolucionando, con ambas partes buscando ventaja en la mesa de negociaciones.