El Salvador y Estados Unidos han alcanzado un acuerdo sin precedentes en materia migratoria. Nayib Bukele aceptó recibir deportados de diversas nacionalidades, incluyendo criminales peligrosos bajo custodia en EE.UU. A cambio, Washington pagará una tarifa por cada recluso enviado a la megaprisión salvadoreña (CECOT). Aunque no hay planes inmediatos para deportar a ciudadanos estadounidenses, el gobierno de Trump considera esta oferta «significativa».
Además del tema migratorio, ambas naciones firmaron un acuerdo para el desarrollo de energía nuclear en El Salvador. A través del Memorando de Entendimiento sobre Cooperación Nuclear Civil Estratégica, EE.UU. se comprometió a apoyar infraestructura, regulación y proyectos de investigación en este sector. La ministra de Relaciones Exteriores salvadoreña destacó que esta iniciativa garantizará energía estable y a precio competitivo para el país.
La relación entre Bukele y la administración de Trump se ha estrechado en los últimos años. El mandatario salvadoreño ha sido elogiado por su política de seguridad y su lucha contra el crimen organizado, lo que le ha valido la admiración de figuras clave del gobierno estadounidense. La gira de Marco Rubio por Centroamérica busca fortalecer alianzas y contrarrestar la influencia de China en la región.