El gobierno de Japón ha abandonado un controvertido plan que buscaba incentivar a mujeres solteras de la ciudad a casarse y mudarse al campo, ofreciendo una suma de 600 mil yenes (aproximadamente 4 mil 140 dólares). La propuesta, que pretendía revitalizar las zonas rurales del país, fue fuertemente criticada tras ser revelada por los medios de comunicación, provocando una ola de indignación en las redes sociales. La ministra de revitalización regional, Hanako Jimi, anunció que el proyecto sería revisado debido a la desaprobación generalizada.
Japón enfrenta un grave problema demográfico, con una población que envejece rápidamente y un número de nacimientos en constante declive. En 2023, el país registró una caída del 5.1% en los nacimientos, marcando el octavo año consecutivo de descenso. Los datos preliminares de 2024 muestran que esta tendencia continúa, con un descenso del 5.7% en el número de bebés nacidos en el primer semestre del año. El número de matrimonios también ha disminuido, exacerbando aún más el problema.
La disminución de la población joven en Japón plantea serios desafíos para el futuro, incluyendo la posible desaparición de muchos municipios y el colapso de empresas y servicios gubernamentales debido a la falta de trabajadores y consumidores. El gobierno japonés, consciente de la urgencia de la situación, ha prometido implementar «medidas sin precedentes» para intentar revertir esta tendencia antes de que sea demasiado tarde.