Científicos han descubierto una posible aplicación de la proteína Dsup, presente en los tardígrados, para proteger el ADN humano de la radiación. Esta proteína, que permite a estos diminutos organismos sobrevivir en el vacío del espacio, podría reducir los efectos secundarios de la radioterapia en pacientes con cáncer y proteger a astronautas en misiones de larga duración.

El equipo de investigadores del MIT y Harvard ha desarrollado un método para administrar esta proteína mediante tecnología ARNm, logrando reducir significativamente el daño celular en pruebas con ratones. A diferencia de otros tratamientos, el efecto protector se limita al área inyectada, permitiendo que la radioterapia siga siendo efectiva contra los tumores.

Además de su potencial en oncología, esta innovación podría aplicarse a la exploración espacial. La investigación sigue en fase experimental, pero los resultados iniciales son prometedores y podrían marcar un antes y un después en la protección contra la radiación en distintos ámbitos.