El Papa Francisco presidió la Misa de la Solemnidad de María, Madre de Dios, desde la Basílica de San Pedro, coincidiendo con la 58ª Jornada Mundial de la Paz. En su homilía, invitó a los fieles a confiar el año 2025 a la Virgen María y a proteger la vida en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural.
El Pontífice destacó que María, como madre, enseña a cuidar y dignificar toda vida humana, especialmente la más vulnerable: la de los no nacidos, los pobres, los ancianos, los enfermos y los solitarios. Subrayó que este cuidado es esencial para construir una civilización basada en la paz.
El Papa recordó que Cristo, el Hijo de Dios, nació de una mujer, mostrando su humanidad y fragilidad. Este misterio de la encarnación revela la cercanía de Dios, que habita en el tiempo humano y en la realidad concreta.
Concluyó su mensaje animando a los fieles a encomendar el mundo a la Virgen María, esperando que ella inspire esperanza y paz en todas las naciones.