Al menos 67 personas murieron, incluyendo 35 niños, en estampidas ocurridas durante eventos benéficos navideños en Nigeria. Las tragedias, que tuvieron lugar en los estados de Oyo, Anambra y Abuya, reflejan la severa crisis económica que afecta al país más poblado de África, con una inflación de 34.6% —la más alta en 28 años— y una pobreza que afecta al 63% de sus 210 millones de habitantes.

Los eventos reunieron a miles en busca de comida y ropa, pero la falta de medidas de seguridad y el desespero de los asistentes resultaron fatales. En Abuya, algunas personas esperaron toda la noche en el frío para asegurar un lugar privilegiado, y el caos se desató incluso antes de que comenzaran las actividades.

Analistas destacan que la falta de planificación, junto con una cultura deficiente de manejo de multitudes, exacerban la vulnerabilidad. Mientras tanto, las autoridades prometen mayor supervisión, pero el cumplimiento sigue siendo un desafío en un país donde la seguridad pública no es prioritaria y la población enfrenta una crisis de supervivencia.