El Reino Unido ha hecho historia al convertirse en la primera gran economía en cerrar su última central eléctrica de carbón, marcando el fin de 142 años de generación de electricidad a partir de este recurso. La central de Ratcliffe-on-Soar, en el centro de Inglaterra, será clausurada tras más de 50 años de operación. Este cierre es parte de los esfuerzos del país por lograr que toda su energía provenga de fuentes renovables para 2030. Aunque otras naciones europeas como Suecia y Bélgica ya dejaron de utilizar carbón, el Reino Unido es el primer país del G7 en hacerlo.
En 1990, el carbón generaba el 80% de la electricidad en Gran Bretaña, pero hoy esa cifra ha caído al 1%, con la mayor parte de la energía proveniente de fuentes renovables como la solar y eólica. El ministro de Energía, Michael Shanks, celebró el cierre como un logro histórico, agradeciendo a los trabajadores del carbón por su contribución al país, al tiempo que subrayó que este es el comienzo de una nueva era para empleos en el sector energético limpio.
La planta de Ratcliffe-on-Soar, con sus emblemáticas torres y chimenea, es un símbolo del pasado industrial del Reino Unido. Ahora, el país se enfoca en la transición hacia una energía más sostenible, consolidándose como un líder en la lucha contra el cambio climático.