Las autoridades griegas han iniciado la recolección de cientos de miles de peces muertos que cubren el puerto turístico de Volos, tras ser desplazados por las inundaciones del año pasado. Los cadáveres, que flotan en el agua creando una capa plateada, han generado un hedor alarmante que ha preocupado a residentes y turistas, lo que ha llevado a las autoridades a actuar rápidamente para evitar que el olor se propague a los restaurantes y hoteles cercanos. En las últimas 24 horas, se han recolectado más de 40 toneladas de peces.
El problema se originó cuando las históricas inundaciones inundaron la llanura de Tesalia, desplazando a los peces de sus hábitats de agua dulce hacia el mar, donde el agua salada probablemente los mató. El alcalde de Volos, Achilleas Beos, culpó al gobierno por no haber implementado una red protectora en la desembocadura del río para evitar que los peces llegaran al mar. Beos advirtió sobre el potencial desastre ambiental que esto podría causar para otras especies en la zona.
El impacto de este desastre se suma a una serie de eventos climáticos extremos en Grecia, que los científicos relacionan con el cambio climático. Incendios forestales, lluvias erráticas e inundaciones han afectado gravemente al país, afectando también al turismo. Dimosthenis Bakoyiannis, propietario de un restaurante cercano, reportó una caída del 80% en sus ingresos debido a la disminución del turismo tras las inundaciones.