Después de 20 días de inundación en Chalco, unos 2,000 hogares siguen sumergidos en aguas negras debido al colapso de los drenajes, exacerbado por la suciedad y las fuertes lluvias. Los residentes, como Felipe Delgadillo, dependen de lanchas del Gobierno para moverse, ya que el nivel del agua no baja, afectando gravemente su salud y calidad de vida.
Las enfermedades respiratorias y cutáneas se han propagado, mientras que muchos han perdido sus empleos por la imposibilidad de llegar a tiempo a sus trabajos. Aunque más de 1,100 personas han sido evacuadas, algunos se niegan a abandonar sus hogares, temiendo saqueos.
El problema radica en un enorme tapón de basura de 50 metros que obstruye el Colector Solidaridad, el cual se ha intentado desazolvar sin éxito. La infraestructura, construida hace más de 30 años, no es suficiente para manejar las aguas de una población en crecimiento, y una obra para solucionarlo, iniciada en 2022, sigue inconclusa.