El actor estadounidense Alec Baldwin enfrenta una vez más acusaciones de homicidio involuntario en relación con el fatal disparo ocurrido en el set de la película «Rust» en 2021, según informó la fiscalía este viernes.
A Baldwin, de 65 años, ya se le había imputado hace un año por la muerte de la directora de fotografía Halyna Hutchins durante la filmación en el estado de Nuevo México. Sin embargo, en abril, la fiscalía retiró los cargos citando «nuevos hechos» que requerían «más investigación y análisis forense».
En la acusación formal presentada este viernes, un gran jurado determinó que existen pruebas suficientes para imputar a Baldwin, ya sea por el uso negligente de un arma de fuego o por falta de precaución. En Estados Unidos, un gran jurado evalúa las pruebas para decidir si hay fundamentos para llevar a alguien a juicio.
Los abogados de Baldwin, Luke Nikas y Alex Spiro, declararon en un comunicado este viernes: «Esperamos con ansias nuestro día en la corte». Baldwin, actor y productor de la película, sostenía un arma Colt .45 durante los ensayos el 21 de octubre de 2021 en el rancho Bonanza Creek, cuando se produjo un disparo que resultó en la muerte de Hutchins y dejó herido al director Joel Souza.
Aunque Baldwin se declaró no culpable el año pasado y ha afirmado en entrevistas que no accionó el arma, los expertos forenses contratados por la fiscalía concluyeron que Baldwin ejerció cierta presión sobre el gatillo para que el arma se disparara.
En caso de ser hallado culpable, Baldwin podría enfrentar una pena de hasta 18 meses de cárcel.
La armera de la película, Hannah Gutierrez-Reed, también enfrenta cargos de homicidio involuntario y manipulación de evidencia por la muerte de Hutchins, y su juicio está programado para comenzar en febrero. Según las investigaciones, Gutierrez-Reed, encargada de los elementos de utilería, habría colocado una bala real en el arma que Baldwin debía manipular, a pesar de que debía contener solo munición falsa. La joven armera se declaró no culpable de las acusaciones.
La muerte de Hutchins conmocionó a Hollywood y generó llamados para prohibir las armas de fuego en los sets cinematográficos, así como una serie de litigios contra Baldwin y los productores de la película.