Colombia desplegó dos aviones militares para repatriar a decenas de ciudadanos deportados desde Estados Unidos, tras alcanzar un acuerdo con el gobierno de Donald Trump. Los vuelos, procedentes de San Diego y Houston, garantizaron la dignidad de los deportados, quienes regresaron sin ser esposados, según aseguró el presidente Gustavo Petro.

El acuerdo llegó después de tensiones diplomáticas por la negativa inicial de Colombia de aceptar vuelos con deportados bajo las condiciones impuestas por Estados Unidos. La intervención de la ONU respaldó la postura colombiana, que exigía respeto a los derechos humanos de los migrantes.

Por su parte, Trump destacó el endurecimiento de su política migratoria, asegurando que su administración no tolerará la retención de deportados por parte de otros países. Amenazó con sanciones económicas y aranceles masivos para aquellos que no cumplan. La política ha generado tensiones con varios países de América Latina, incluidos Brasil y Colombia, debido al trato a los migrantes repatriados.