Un equipo de arqueólogos liderado por Joseph Müller ha descubierto lo que podría ser la ciudad más antigua del mundo en Tripillia, Ucrania, con asentamientos datados alrededor del año 4000 a.C. Esta «megaciudad» desafía la creencia de que las primeras grandes ciudades surgieron en Mesopotamia, extendiéndose sobre 320 hectáreas y albergando hasta 10.000 personas. Organizada en anillos concéntricos con casas de madera y arcilla, la ciudad carece de tumbas individuales, lo que sugiere una posible práctica de culto a los muertos. El descubrimiento se hizo utilizando técnicas geomagnéticas para mapear las estructuras.

La sociedad de Tripillia, que existió durante unos 500 años, era sorprendentemente igualitaria, sin signos de jerarquías sociales marcadas o centros de poder visibles. Los habitantes mantenían prácticas sostenibles, fertilizando sus tierras con estiércol, y la uniformidad en las viviendas sugiere un estilo de vida comunal. Sin embargo, hacia el 3.600 a.C., la ciudad colapsó, posiblemente debido a la falta de mecanismos burocráticos y a la necesidad de nuevas formas de organización para administrar su creciente población.

Este hallazgo reabre el debate sobre los orígenes de las primeras civilizaciones y aporta nuevas preguntas sobre cómo se organizaron estas sociedades. Aunque la escritura no se desarrolló en Tripillia, los habitantes usaban fichas para el comercio, lo que no fue suficiente para evitar el colapso de la ciudad. Los arqueólogos continúan investigando para entender mejor las causas de su desaparición.