El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, recientemente inaugurado en México, busca posicionarse como una alternativa logística al Canal de Panamá. Este proyecto, que conecta las costas del Atlántico y el Pacífico a través de Oaxaca y Veracruz, revive antiguas rutas ferroviarias establecidas en 1907 y ha generado interés por el potencial del comercio entre Asia y Estados Unidos. Aunque no es competencia directa al canal panameño, podría complementar el flujo de mercancías ante la creciente demanda global y las restricciones actuales del canal debido a la escasez de agua.
A pesar de las ventajas, como la proximidad a mercados clave y tarifas potencialmente más bajas, el corredor enfrenta desafíos significativos. Su infraestructura actual no permite competir con el transporte de barcos de gran calado, y los costos logísticos asociados al traslado de mercancías entre trenes y barcos podrían limitar su atractivo. Sin embargo, su modelo multimodal, que incluye parques industriales e incentivos fiscales, apunta a fomentar el desarrollo económico en el empobrecido sureste de México.
El verdadero valor del Corredor Interoceánico radica en su capacidad de diversificar opciones de transporte y generar empleo en la región, con una inversión inicial estimada de 7,000 millones de dólares. Expertos coinciden en que su impacto inmediato será como una alternativa complementaria al Canal de Panamá, mientras impulsa el desarrollo económico local y mejora la infraestructura logística mexicana.