La caída de un avión de Azerbaiyán en Kazajistán, que dejó 38 fallecidos, ha desatado tensiones internacionales. Azerbaiyán Airlines apunta a «interferencias externas» como causa del accidente, mientras que EE.UU. señala indicios preliminares de que pudo ser derribado por sistemas de defensa aérea rusos. Según testigos, se escucharon explosiones antes de que el avión fuera desviado hacia Kazajistán.
Rusia niega emitir juicios definitivos mientras continúa la investigación. Azerbaiyán ha exigido una investigación internacional, rechazando la propuesta de que la Comunidad de Estados Independientes, liderada por Rusia, supervise el caso. En tanto, la aerolínea ha suspendido vuelos a Rusia por motivos de seguridad.
Las teorías apuntan a un posible impacto por metralla de un misil ruso, lo que habría dañado el sistema hidráulico del avión. Los pilotos, considerados héroes en Azerbaiyán, lograron minimizar las víctimas al intentar un aterrizaje forzoso. Este incidente profundiza las tensiones en la región y plantea cuestionamientos sobre el uso de sistemas defensivos en zonas de conflicto.