El gobierno federal de México ha propuesto una prohibición de la venta y publicidad de alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar, grasa o sal en todas las escuelas del país, desde preescolar hasta universidades. Esto afectará la venta de alimentos populares como chilaquiles, tacos, postres caseros y bebidas azucaradas, entre otros. La medida tiene como objetivo promover estilos de vida saludables y se suma a la política de etiquetado frontal de advertencia. Las escuelas tendrán seis meses para adaptar sus menús a las nuevas regulaciones, que también incluyen prohibiciones para cooperativas y máquinas expendedoras.

Proveedores y comerciantes han expresado su preocupación por el aumento de costos y la falta de consulta pública adecuada, señalando que las nuevas disposiciones afectarán a más de 258 mil escuelas y 33 millones de estudiantes. Organizaciones como la Coparmex y la Cámara Nacional del Maíz Industrializado advierten sobre los costos adicionales que enfrentará el sector, afectando especialmente a pequeñas y medianas empresas.

El anteproyecto está bajo revisión por la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer), que busca fomentar estilos de vida saludables en las escuelas. La medida ha generado críticas por la falta de un análisis completo de los costos y por la limitada consulta pública, que solo duró un día.