Dos exmilitares colombianos, José Medina y Alejandro Ante, fueron detenidos en Moscú tras regresar de Ucrania, donde combatieron por el ejército ucraniano. Su viaje incluyó una escala en Venezuela, país que aparentemente los extraditó a Rusia. En Moscú, enfrentan cargos de ser mercenarios, un delito bajo la legislación rusa. La detención de Medina y Ante podría tensar las relaciones entre Venezuela y Colombia, países que han mantenido lazos históricos y económicos significativos.
La extradición de los colombianos refleja una escalada en la campaña del Kremlin para castigar a los combatientes extranjeros que luchan contra Rusia en Ucrania. Los medios rusos han publicado un video en el que la policía secreta interroga a Medina y Ante sobre su servicio en el conflicto ucraniano. La detención llega en un momento delicado para las relaciones entre Venezuela y Colombia, especialmente dado el papel del presidente venezolano Nicolás Maduro como aliado de Rusia y el intento del presidente colombiano Gustavo Petro de mediar en conflictos regionales.
Venezuela no ha hecho comentarios oficiales sobre la detención y extradición de los militares colombianos, lo que complica la situación diplomática para el gobierno de Petro. La falta de respuesta de los gobiernos venezolano y ruso plantea un reto para la diplomacia colombiana. Este incidente subraya cómo la guerra en Ucrania está generando repercusiones globales, involucrando a combatientes de distintas nacionalidades y complicando las relaciones internacionales.