La vida de Cherrie Austin, una joven madre de 28 años, cambió drásticamente después de confundir su extremo cansancio con el agotamiento tras una jornada intensa de limpieza. Lo que pensó que era cansancio, resultó ser el preludio de un derrame espinal que la dejó paralizada.

El 25 de febrero, Cherrie fue inducida al coma con un pulmón colapsado. Milagrosamente, después de nueve días en coma, despertó, pero paralizada del cuello para abajo. Contra todo pronóstico, logró respirar por sí misma tras 13 días.

Cherrie, antes boxeadora activa, enfrenta ahora un arduo proceso de recuperación. Padece el síndrome de Ehlers-Danlos, que los médicos creen pudo haber contribuido al derrame. Recibe cuidados a tiempo completo de su pareja Jonny y se esfuerza por recuperar movimientos.