La historia de una joven madre de Inglaterra ha capturado la atención viral en los últimos días, al vivir una verdadera pesadilla después de que su médico le recetara una píldora anticonceptiva «incorrecta», casi costándole la vida.

Emma Tuthill, una mujer de 32 años residente en Ayrshire, comenzó a tomar la píldora combinada en marzo, seis años después de dar a luz a su hijo Kaiden. Sin embargo, en abril todo cambió drásticamente.

Según informa el diario Daily Mail, Emma experimentó una convulsión un mes después de iniciar la ingesta de la píldora anticonceptiva, lo que desencadenó una serie de problemas médicos que pusieron en peligro su vida.

Al llegar a urgencias, los médicos descubrieron que un coágulo de sangre amenazaba su pierna y que había sufrido una embolia pulmonar en ambos pulmones, situación que estuvo al borde de ser fatal.

«Pensé que estaría bien porque había estado tomando la píldora durante mucho tiempo en el pasado», comentó Emma.

Es importante señalar que el Servicio Nacional de Salud (NHS) recomienda que las mujeres que padecen migrañas con aura no consuman este tipo de pastillas, ya que aumentan el riesgo de coágulos sanguíneos e incluso accidentes cerebrovasculares.

Emma recuerda cómo empezaron los síntomas previos: «Sentí que mi corazón latía muy rápido. Me estaba cepillando los dientes y sabía que algo no iba bien. Me acerqué a mi cama, me senté y pensé que estaba teniendo un ataque de pánico. Luego me desperté y estaba en el suelo, mi pequeño niño me tomaba la mano y me preguntaba si estaba bien».

A pesar de acudir a su médico de cabecera después de estos síntomas, no se le cambió el tratamiento y la situación empeoró.

«Después de mi convulsión, cuando recuperé el conocimiento, sentí que no podía respirar. Fue como si alguien me estuviera asfixiando, fue horrible. Al cuarto día en la unidad de alta dependencia, el médico vino a verme y me dijo que podría haber muerto. Me dijo que sonaba como un coágulo provocado por la píldora anticonceptiva», relata Emma.

Aunque ahora se encuentra en una situación de mejoría, Emma está desilusionada con el sistema de salud. «Mi propio médico de cabecera me llamó para disculparse porque resulta que no debería haber vuelto a tomar esa pastilla debido a mis migrañas. Estaba furiosa. Siento que los paramédicos también me fallaron y no detectaron todas las señales. No se puede jugar al juego de la culpa, pero parece incorrecto», expresó.

En cuanto a su estado actual, Emma comenta: «Mi pierna todavía está muy hinchada, no puedo estar de pie por mucho tiempo y me quedo sin aliento muy fácilmente. Apenas puedo subir las escaleras».