En un acto conmovedor que dejó una profunda huella en sus alumnos, la maestra Ada González Torres, quien dedicó más de 30 años de su vida a la enseñanza en la escuela primaria Vicente Guerrero en Ciudad Madero, Tamaulipas, dejó un último deseo escrito a mano antes de partir de este mundo.
En lugar de solicitar las tradicionales ofrendas florales en su funeral, Ada expresó su deseo de que se entregara el dinero correspondiente a dichas ofrendas a un estudiante de sexto grado con buen rendimiento académico pero de escasos recursos en la misma escuela donde ella impartió clases.
La carta, escrita con el inconfundible trazo de su puño y letra, conmovió profundamente a la comunidad escolar y se compartió ampliamente en redes sociales, donde antiguos alumnos, colegas y personas cercanas recordaron con cariño los momentos compartidos con la querida maestra.
El gesto altruista de Ada González Torres, más allá de su partida física, seguirá inspirando a generaciones venideras y servirá como testimonio del profundo compromiso y amor que profesaba hacia sus alumnos y su comunidad educativa.